domingo, 11 de diciembre de 2016

Julián Barrera Miguel, La vida de los animales.

HISTORIAS MÍNIMAS
La Vida de Los Animales
(Julián Barrera Miguel)

Este breve proyecto trata de la vida de los animales, desde que nacen y comienzan a criarse con su madre, hasta que alcanzan la plena madurez. Para entenderlo bien, en 6 imágenes voy a contar las historia del crecimiento de dos razas distintas, el ganado Ovino, y el Toro de Lidia.


Estas son las seis imágenes, las tres de la izquierda, el ganado ovino, y las de la derecha el ganado bravo. Comencemos desde el principio, a narrar la bonita historia de la vida, del crecimiento de estos animales, que también merecen aparecer y ser recordados día a día, olvidados sobre todo por la gente que vive rodeada de lujos y estrés.

Los animales nacen en el campo, en libertad, acompañados y arropados por sus respectivas madres que los lamen al nacer para identificarlos y crear una unión entre ambos para toda la vida, como la de cualquier ser humano con sus madres. Desde que nacen, tanto los corderos como los becerros son capaces de ponerse en pie y comenzar a mamar, a diferencia de nosotros ellos tienen un instinto de supervivencia innato, que les permite salir adelante pese a las adversas condiciones y los peligros que acechan a los animales en el campo desde recién nacidos. Por ello es por lo que para mi estos animales, tanto estas especies como todas las demás, son dignas de admiración.

Para crecer sanos, lo más importante es mamar los primeros ¨calostros¨, que proporcionarán todos los nutrientes necesarios para el arranque de su vida. En el ganado ovino, a las dos o tres semanas de nacer, los corderos ya están en perfectas condiciones para defenderse solos para mamar, para comer pienso o comenzar a lamer el pasto hasta que pueden morderlo, pudiendo ¨destetarles¨ya en cualquier momento. En el bravo en cambio, los becerros pueden estar mamando de sus madres mucho tiempo, tanto es así que para que dejen de mamar hay que ¨destetarles¨, entre los 6 y 8 meses de vida. Como la propia palabra indica, dejan de mamar a las madres y comienzan su nueva vida de verdad, con sus hermanos y hermanas de camada en un nuevo cercado, alimentándose de pasto, pienso y paja. Después, se hierran, marcando a fuego en su piel el número de camada, el hierro de la ganadería a la que pertenecen, el año en el que nacieron (guarismo) y la asociación a la que pertenece la ganadería.
Cuando ocurre todo esto, en cada ganadería el procedimiento es distinto, pero por lo general antes o después del herradero, se separan machos y hembras. Cuando alcanzan los dos años de edad, las hembras se tientan, se torean y se prueban en las ganaderías para saber lo que llevan dentro, y si cumplen con éxito y reúnen las cualidades necesarias, el ganadero puede considerar oportuno dejarlas como vacas madres para que empiecen a criar. Las que no sirven, se venden normalmente para encierros o capeas. Los machos, se eligen a los mejores de la camada, los que procedan de mejor familia y mejores hechuras tengan. Hay que ser muy meticuloso con cual  o cuáles elegir, porque los novillos que se tienten ya después no pueden ser lidiados debido a su rápida capacidad de aprendizaje y el peligro que eso supondría para aquel que volviese a torearlo. El macho que el ganadero considera que quiere que deje simiente en la ganadería  (bravura, casta, nobleza, tranco, calidad, hechuras) , se deja de semental y se le echa un lote de vacas para que las cubra, y poco a poco ir viendo el resultado de sus crías, hasta que muere de viejo en el campo, habiendo vivido como un rey en el campo.
En el ganado ovino, los corderos la mayoría van vendidos para carne, los llamados lechazos con un peso de unos 14 kg. Otra opción es venderlos a un cebadero, y, por último, los que tienen un buen tipo el ganadero los deja para que crezcan y críen, hasta que mueran de viejos en el campo, viviendo como anteriormente vimos los sementales y las madres bravas.
Los demás bravos que han quedado en el campo, siguen viviendo y comiendo cada día, tranquilamente sin que nadie los moleste, hasta el momento en el que están preparados para ser lidiados, bien sea de erales (2 años), novillos/utreros (3 años) o de toros (4,5 años). Llegó su momento, llegó el momento en el que el ganadero y los componentes de la ganadería (mayorales, vaqueros, de los que por desgracia casi nadie se acuerda) verán el fruto de su trabajo durante todos esos años, todo ese dinero invertido en criarlos (pienso, veterinarios, mayorales, vaqueros etc). El ganado bravo es un ganado muy difícil y costoso de criar, por ello es importante criarlo bien, con mucho mimo, esfuerzo y paciencia. Mucha gente cambiaría de opinión si conociese un poco el tema, si conociese el campo, si tuviese una mínima idea de lo que se siente por el Toro Bravo, de lo que siente al verlo arremeter con fiereza en el caballo durante la lidia, verle cumplir en banderillas, y verle su nobleza y calidad a la hora de embestir.
También en el ganado ovino, es igual o más sacrificado incluso, debido a que los precios están por los suelos, y es una vida muy dura, vivir para trabajar, eso es el campo. No cualquiera vale para ello, porque el campo es pasión, soledad, esfuerzo, sacrificio.
Esto es un breve resumen de lo que para mi es el campo y estas dos razas de animales, las ovejas, en mi corazón, y los bravos, mi pasión. Dicen que un buen fotógrafo es el que saca las fotos con el corazón, aseguro que mis fotos no son las mejores, de ninguna manera, pero el sentimiento con el que las fotos están hechas, para mí vale más que todo eso.
Por último, pese a que esto es un simple proyecto, cuento todo esto para que alguien vea lo que llevo dentro, y para dar a conocer lo bonito del campo. Quiero finalizar con una frase muy conocida:
 

¨El campo siempre espera, el campo, siempre vence¨